
Aparte del suave y delicioso sabor de las manzanas, y su versatilidad para ser incluidas en la preparación de comidas y postres; estas frutas aportan nutrientes que son muy beneficiosos para el mantenimiento de la salud y el buen funcionamiento de diversos órganos y tejidos corporales. El consumo de 100 grs. del fruto del manzano, aportan a nuestros organismos, una importante cantidad de energía, que ronda las 52 kcal, así como alrededor de 14 grs. de carbohidratos, 0,20 grs. de grasa, 0.30grs. de proteínas y 85,50 grs. de agua. También contiene cerca de 17 minerales y vitaminas, entre las que destacan las vitaminas A, B1, B2, B3, B6, B9, C, E y K, así como magnesio, fósforo y potasio, entre otros.
Las manzanas tienden a estar presentes en diversas comidas y bebidas, siendo muy utilizadas en los postres, tales como magdalenas, tartas y flanes;en comidas saladas, como aderezo para carnes y como ingrediente en ensaladas; así como también, es muy común la incorporación de su pulpa en jugos y licores. Aparte de ingerir el fruto, hay muchas personas que optan por consumir manzana deshidratada, la cual, aparte de representar un delicioso aperitivo, tiene el beneficio que puede ser consumida con moderación por personas diabéticas, motivado a su bajo índice glucémico; y disminuye el poder diurético de la fruta, para personas que podrían verse perjudicadas por el mismo.
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3 razones para consumir manzanas
Los beneficios que aportan estos frutos son diversos, y aquí los agrupamos en tres categorías, según su acción sobre el metabolismo, y en función de los fines que nos permite alcanzar, a través de su inclusión en nuestras dietas. En tal sentido, tenemos que las manzanas reportan importantes beneficios desde el punto de vista digestivo y del funcionamiento de órganos, en la lucha contra el envejecimiento y en el control del peso, lo que te hará querer consumirlas todos los días.
Aportes a la salud digestiva y funcionamiento de órganos
Por alto contenido en fibras dietéticas, las manzanas nos permiten luchar contra la sensación de hambre, pues garantiza que nos saciaremos más rápidamente y de modo más saludable, que si consumimos otro tipo de alimentos, ricos en carbohidratos y grasas. Dicho tipo de fibra, también nos ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre, pues retarda la absorción de los hidratos de carbono contenidos en los alimentos.
Las manzanas también facilitan el funcionamiento óptimo del corazón y la circulación sanguínea en general, al disminuir los niveles de lipoproteínas de baja densidad (colesterol malo) y reducir la presión arterial.
Otro aspecto importante que nos aporta el consumo de esa fruta, se ubica en torno a la función digestiva, ya que, por su alto contenido en fibra, permite mejorar la motilidad intestinal, contrarrestando el estreñimiento y fomentando la regularidad en las evacuaciones. De acuerdo con diversos resultados de estudios científicos, el consumo de dicho tipo de fibra podría disminuir el riesgo de padecer cáncer de colon y evitar la incidencia enfermedades diverticulares y hemorroides.
Coadyuvante en el control del peso corporal
Aparte del sentimiento de saciedad que nos aporta la fibra contenida en el fruto, las manzanas también cuentan con altas capacidades diuréticas, evitando la retención excesiva de líquidos; lo que, en conjunto, nos ayuda a mantener un control efectivo del peso corporal. En virtud de su contenido relativamente bajo en calorías, así como su capacidad de saciarnos rápidamente, también ayuda a que consumamos poca cantidad de esta fruta y disminuya nuestro nivel de hambre de modo significativo, reduciendo la necesidad de consumir alimentos menos saludables.
Motivado a su acción sobre la metabolización de carbohidratos y el favorecimiento de la óptima circulación sanguínea, es muy recomendable consumir una manzana antes de realizar actividades de ejercicio físico, como medio para quemar grasas más rápidamente.
Propiedades contra el envejecimiento
Las manzanas también cuentan con importantes niveles de flavonoides y quercetina, los cuales han sido catalogados como instrumentos de suma importancia, en contra del envejecimiento de los tejidos corporales y como promotores de la protección de las capacidades mentales. Esto permite que nuestros cuerpos se vean más jóvenes, pero también que nuestra mente funcione de modo más efectivo, a través del potenciamiento de nuestra memoria y el retardo del deterioro cognitivo asociado a la vejez.