![El encanto de berlin](https://aegi.es/wp-content/uploads/2019/04/el-encanto-de-berlin.jpg)
No es ajeno a nadie que Berlín fue durante décadas una ciudad dividida. Un muro que recorría el epicentro de la ciudad separó la Europa del Este y la del Oeste hasta 1989, cuando por fin acabó la Guerra Fría. Sin embargo, éste es un dato que no sería aparente para el visitante que en la actualidad quisiera pasearse por las calles de la capital alemana, que ha sabido levantar una ciudad moderna sin olvidar su pasado, desde el más lejano hasta el reciente.
Al pasear por el centro antiguo de la ciudad, casi podría asegurarse que, pese a todo por lo que tuvo que pasar, el Berlín del este se llevó las mejores obras arquitectónicas. Obligatorias en toda visita deberían ser la consabida Puerta de Brandeburgo, además del parlamento alemán, el imponente Reichstag, con una cúpula diseñada por Norman Foster que empuja los contrastes. La iglesia memorial Kaiser Wilhelm; La isla de los museos, y el paso fronterizo Oberbaumbrücke. Estos monumentos no hacen más que recordar que la historia de Berlín es larga, y está todavía muy viva en sus calles.
Por supuesto, nadie que visite Berlín debería marcharse sin ver los restos del famoso muro, reconvertido en una suerte de moderna galería artística, en los afueras al este de la ciudad. Unos suburbios que, guardando la simetría con su contrapartida al oeste, dibujan los edificios y construcciones más austeras y simplistas. Una vez más la convivencia de las diversas épocas en un único espacio es palpable.
La modernista y espectacular Potsdamer Platz sirve, por su parte, para traernos de vuelta al presente, o incluso al futuro. Un acristalado espacio lleno de cultura, centros comerciales y movimiento. Para observar todos los emplazamientos desde lo alto siempre queda ‘La torre de telecomunicaciones’ -Fernsehturm- de Berlín, de 365 metros de altura.
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