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La arginina y su beneficio para el entrenamiento

La arginina y su beneficio para el entrenamiento

La búsqueda de recursos ergogénicos seguros en el ejercicio y el deporte como medio de aumentar el rendimiento y reducir la fádiga es una constante. En este contexto, los aminoácidos son los nutrientes más estudiados, principalmente porque participan en el metabolismo energético, la regulación hormonal y la síntesis proteica.

La arginina es un aminoácido semi esencial sintetizado en el organismo de la persona sana a partir del glutamato. Los estudios sobre arginina son exhaustivos y destacan principalmente su papel en la prevención de enfermedades cardiovasculares como precursora del óxido nítrico (no), responsable de la vasodilatación, la reducción de la viscosidad sanguínea, el proceso de cicatrización y la reducción del estrés oxidativo.

Funciones de la arginina:

Actúa sobre el sistema endocrino estimulando la liberación de catecolaminas, insulina, glucagón y hormonas de crecimiento.

Actúa como intermediario para la síntesis de creatinfosfoquinasa y creatina, y es importante para el aumento de la fuerza y la explosión en los ejercicios de alta intensidad y corta duración.

Actúa en la reparación tisular debido al aumento del flujo sanguíneo debido al aumento de la síntesis de óxido nítrico.

Actúa en la detoxificación de amonio, ya que ejerce papel en el metabolismo del nitrógeno como intermediario de la síntesis de urenia, se convierte en L-ornitina por la enzima arginasa.

Mejora el sistema inmunológico fomentando la función de neutrófilos, la capacidad bactericida de los macrófagos y la respuesta de los linfocitos.

La arginina actúa durante el ejercicio aumentando la perfusión de sangre en el músculo vía estimulación, y esta vía se estimula cuando el suplemento se realiza momentos antes del ejercicio. Cuando la suplementación de arginina se realiza fuera de los períodos de ejercicio, lo que observamos es el estímulo de la producción de la hormona del crecimiento (GH), responsable, entre otras cosas, por el estímulo al aumento de la masa magra.

Las vitaminas que son importantes para la formación de NO son nicotinamida, riboflavina y mineral de calcio. De este modo, la adición de arginina debe prescribirse mediante la evaluación de la dieta y de las vías metabólicas de interés. Por lo tanto, el potencial ergonómico máximo sólo puede alcanzarse mediante el trabajo de evaluación completa de la dieta con complemento asistido por un profesional cualificado.

Las dosis investigadas y prescritas oscilan entre 500 mg y 30 g al día durante un período de 3 a 80 días. Por lo tanto, es prudente que las dosis muy altas no se mantengan durante mucho tiempo, aunque no haya evidencia de hepatotoxicidad ni daño renal en sujetos sanos. También es importante prescribir con precaución a pacientes con enfermedad hepática e insuficiencia renal. Estudios en humanos han demostrado que dosis de 3-5 g al día son suficientes para aumentar la masa magra y aumentar la fuerza. La ingesta habitual de arginina en la dieta occidental es de 5 g al día y el aminoácido está presente en todas las fuentes proteínicas de origen vegetal (judías, granos y semillas).

El trabajo de Angeli et al (2009) evaluó la suplementación de 3 g diarios de arginina por 8 semanas en individuos que practican el entrenamiento de fuerza 3 veces por semana – se ha demostrado aumento de fuerza y masa muscular en el grupo suplementado, en comparación con el grupo control sin suplementación. Jobgen et al (2009) han demostrado que la adición de arginina en ratas obesas que han consumido una dieta hipergordurosa durante 15 semanas ha supuesto una reducción de la masa grasa blanca y ha aumentado la masa muscular de los animales. Así que la arginina también puede ser útil para controlar la masa grasa.

En conclusión, el efecto agudo de la adición de arginina corresponde al aumento de la capacidad para realizar el ejercicio y el efecto crónico corresponde al aumento de la síntesis proteínica en el músculo, con el consiguiente efecto anabólico. No podemos ignorar el hecho de que el aumento de la masa magra también depende de la ingestión de otros nutrientes, como proteínas, aminoácidos, minerales, vitaminas e incluso ciertas grasas.