Ese es, o al menos debería, el concepto de dormitorio. Un lugar íntimo donde reposar después de la agotadora jornada diaria. Sin embargo, muchas veces, la cantidad de muebles y pertenencias, junto con la falta de luz y de espacio, hacen que nos agobiemos en este lugar. Para evitarlo, te proponemos unas ideas.
1. El centro del dormitorio, el protagonista es, sin duda, la cama. Ésta, como es lógico, será a gusto del consumidor: alta, baja, con un colchón duro, blando… En cambio, no siempre podemos escoger una de gran tamaño. Si es la habitación de los niños, se puede optar por literas. Para aquellos a quien no les importe hacer pequeños esfuerzos, pueden elegir las camas sobre altillos, ideales en casas con techos altos. Sofás camas, camas plegables o incluso debajo de plataformas sobre las que descanse el armario o el estudio… las posibilidades son infinitas.
2. Los cabeceros de la cama son un elemento decorativo de gran utilidad a la hora de leer, sin embargo, si son robustos, cargarán demasiado el ambiente. Si queremos colocar uno, podemos elegir los de forja, que son mucho más livianos. Alternativas originales a estos, ideales para las habitaciones pequeñas, serían los vinilos o espejos colocados como cabeceros.
3. Otro de los elementos indispensables de los dormitorios son los armarios. Siempre que podamos, debemos aprovechar los rincones para crear armarios empotrados. Si no disponemos de mucho espacio, elegiremos un esquinero, que nos ayudará a sacarle partido a esos rincones muertos. En estos casos, resultan ideales aquellos con puertas correderas, de cristal o espejo. Si lo que queremos es que el espacio no se vea sobrecargado, podemos decantarnos por estructuras de metal sin cerrar, ligeras y prácticas.
4. Las mesillas de noche resultan muy útiles para el almacenaje. Sin embargo, no siempre caben en el dormitorio. Una idea muy práctica es poner pequeñas baldas voladas en la pared, a los lados de la cama. Nos permitirán una superficie para dejar los básicos como el despertador, las gafas o la lectura de turno. Para iluminarlas, lo mejor será colocar unos pequeños apliques o focos dirigibles en la pared. Así evitaremos que ocupen más espacio.
5. En estancias pequeñas es difícil guardar todas nuestras pertenencias. Por eso, es muy importante aprovechar cada uno de los rincones. Desde la parte superior de los armarios, hasta debajo de las camas, pasando por las esquinas y hornacinas. Crear diferentes niveles, si disponemos de techos altos, puede ayudar a ganar espacio.
6. No desaproveches las paredes. Antes de ocupar el suelo, aprovecha y cuelga baldas de las paredes. Permitirán el almacenaje de nuestras pertenencias más ligeras. Si bien colocar cosas en las paredes puede ayudar, hay que vigilar con no sobrecargarlas, ya que empequeñecerá la estancia.
7. Como ya sabemos, la iluminación es realmente importante. No sólo para sentirnos cómodos, permitir el paso o mirar la ropa del armario, también para darle un ambiente acogedor. La luz general deberá ser algo tenue, destacando mediante luces puntuales zonas como el frente del armario o las de las mesillas. Crear una estancia luminosa puede agrandarla a simple vista.
8. Los colores utilizados en esta estancia deberán ser claros, relajantes para poder concebir mejor el sueño y, a la vez, para que amplíen el espacio, haciéndolo más luminoso. Textiles, paredes, suelos y muebles deberán seguir esta regla, algún complemento puede poner la nota de color.
9. Si queremos incluir una zona de estudio o trabajo en la habitación y disponemos de un espacio muy reducido. Podemos optar por mesas plegables, armarios de pared con escritorio o pequeñas mesas de cristal.
10. El uso de espejos nos ayudará a distribuir la luz por toda la habitación, lo que ayudará, no sólo a hacerla más luminosa, también a lograr una sensación de amplitud. Además, su valor decorativo puede ser de gran importancia.